La Oveja Perdida


Jesús enseñaba a las personas contándoles relatos. Un día contó la historia de un pastor que tenía cien ovejas. El pastor era muy bueno y bondadoso; mantenía a las ovejas a salvo de los animales salvajes y las cuidaba toda la noche.
Un día, una de las ovejas se perdió. El pastor dejó a las 99 ovejas en un lugar seguro y fue a buscar a la que estaba perdida. Buscó en lo alto de las montañas y muy lejos en el desierto.
Cuando por fin encontró la oveja, el pastor se alegró; la puso sobre sus hombros y la llevó a casa.
El pastor reunió a sus amigos y les contó cómo había encontrado la oveja, y lo celebraron juntos.
Jesucristo es como el pastor del relato, y nosotros somos como las ovejas. Jesús nos cuida y nos protege del peligro. No nos abandona cuando cometemos errores, y se alegra cuando nos arrepentimos y regresamos a Su evangelio. Es por eso que en las Escrituras se lo llama el Buen Pastor.


 
 

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